Los probióticos y la enfermedad de Alzheimer | NNI
La modulación de la microbiota intestinal mediante una dieta personalizada o una intervención con probióticos se convertirá en el foco para el tratamiento de trastornos cerebrales como la enfermedad de Alzheimer, según las conclusiones de académicos chinos en un nuevo documento de revisión.
Según comentan, diversos estudios han resaltado la importancia del eje intestino – cerebro en cuanto a la interconexión entre el microbioma intestinal y el comportamiento para condiciones como depresión, enfermedad de Parkinson y diabetes, además de que la investigación sobre probióticos y enfermedad de Alzheimer está en aumento.
En noviembre, reportamos cómo es que los científicos creían que habían mostrado por primera vez que los probióticos pueden mejorar la función cognitiva en humanos, de acuerdo a un estudio clínico de 60 pacientes mayores con enfermedad de Alzheimer, entre 60 y 95 años de edad.
De acuerdo con lo que publicaron en la revista Frontiers in Ageing Neuroscience, investigadores en Irán mostraron que una dosis diaria de los probióticos Lactobacillus y Bifidobacterium tomada en un periodo de 12 semanas es suficiente para lograr una mejora moderada pero significativa en la puntuación obtenida por pacientes con enfermedad de Alzheimer en la escala del Examen Mini Mental ( Mini-Mental State Examination -MMSE), que es una medida estándar de deterioro cognitivo.
Ahora, en una revisión publicada en Science China, académicos de la Academia China de Ciencias en Beijing, evaluaron la sugerencia de que la enfermedad de Alzheimer (EA) podría iniciar en el intestino y estar íntimamente relacionada con el desbalance de la microbiota intestinal.
Un problema mayor de salud
Apuntaron que el envejecimiento de la población de China está alcanzando niveles sin precedentes, ya que según los datos del censo de 2010, los adultos mayores representaban el 10% del total.
“Especulando, tomamos en cuenta la incidencia actual y entonces se prevé que China tendrá entre 8 y 12 millones de pacientes con EA en el año 2015”, indicaron.
“La alta incidencia y morbilidad de la EA la convierte en un problema mayor que afecta la salud humana, y que se ha convertido en una preocupación difundida en el gobierno y la comunidad médica, ya que es un punto clave por la problemática que representa en el campo de la investigación en neurociencias”.
Aunque el envejecimiento, la historia familiar y los genes susceptibles son factores importantes para la EA, el rápido incremento en los casos indica que no son todos los factores, según comentan.
“Así que pensamos que los factores ambientales son más importantes que los genéticos en la EA”, añadieron.
“Recientemente, más y más estudios han sugerido que los microorganismos simbióticos humanos son factores ambientales que influyen de manera muy importante en la salud del huésped. Cerca del 95% de los microbios simbióticos se localizan en el intestino, lo que juega un papel importante en la nutrición humana, la digestion, factores neurotróficos, inflamación, crecimiento, inmunidad y protección contra infecciones.”
“La microbiota intestinal también regula la función cerebral y el comportamiento mediante el eje microbiota-intestino-cerebro”, indicaron.
Citaron una variedad de estudios en donde se ha encontrado que las enfermedades se relacionan con la cantidad y composición de la microbiota intestinal, incluyendo obesidad (Ley et al., 2006), diabetes (Qin et al., 2012), hipertensión (Yang et al., 2015), cirrosis hepática (Qin et al., 2014), autismo (Finegold et al., 2010), depresión (Naseribafrouei et al., 2014) y enfermedad de Parkinson (Scheperjans et al., 2015).
Sin embargo, la investigación de EA y microbiota intestinal apenas comienza, dijeron, pero apuntaron que hay estudios en donde los probióticos aparentemente tienen un impacto beneficioso en la función cognitiva de ratas y ratones.
“Liang y cols. encontraron que el probiótico Lactobacillus helveticus NS8 podría mejorar significativamente los trastornos de la función cognitiva causados por estres crónico por deprivación en ratas (Liang et al., 2015)…la administración de Lactobacillus helveticus NS8 también mejoró significativamente las anormalidades del comportamiento cognitivo (Luo et al., 2014)…mientras que otros estudios han mostrado que la leche fermentada con Lactobacillus helveticus podría mejorar significativamente la discapacidad de aprendizaje y memoria inducida por escopolamina en ratones (Oshawa et al., 2015).”
Cambios patológicos
También revelaron que una investigación clínica preliminar de varios pacientes con EA indica que la suplementación con probióticos podría mejorar significativamente la habilidad cognitiva de los pacientes con EA, pero “estos resultados aún están por verificarse”.
Dado que actualmente más estudios están teniendo la atención necesaria para entender el papel de la infección microbiana en el envejecimiento y la EA, los investigadores dicen que los hallazgos sugieren que la mayoría de los cambios patológicos que ocurren con el envejecimiento y la EA, como inflamación, atrofia cerebral, anormalidades inmunológicas, formación amiloide, cambios en la expresión genética y deterioro cognitivo, todas se consideran asociadas a las infecciones microbianas.
Los investigadores concluyeron: “todos los resultados sugieren que la EA podría empezar en el intestino y está relacionada con el desequilibrio de la mucosa intestinal. La modulación de la microbiota intestinal mediante una dieta personalizada o una intervención con microbiota beneficiosa probablemente se convierta en un nuevo tratamiento para la enfermedad de Alzheimer.
“Nuestros hábitos dietéticos y estilo de vida se han visto modificados negativamente por la ingesta excesiva o sobrenutrición en la vida diaria, lo que ha provocado el consumo de alimentos no balanceados, lo que está causando el colapso de la microbiota”.
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