¿La mayor ingesta de proteí­na aumenta la función cardiaca?

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Crecimiento y desarrollo Nutrición, salud y bienestar
¿Una mayor ingesta de proteínas incrementa la función cardiaca en lactantes sanos? ¿Una mayor ingesta de proteínas incrementa la función cardiaca en lactantes sanos?  (news)

Existe evidencia contundente de que el tipo de nutrición recibida durante las primeras etapas del desarrollo de un organismo puede afectar la estructura y función de los tejidos del cuerpo más adelante en la vida. Se entiende que la ingesta de proteínas puede jugar un papel clave en la modulación de la masa corporal y de la función de diferentes órganos y sistemas—esto ocurre porque la proteína incrementa la masa corporal;lo que a su vez incrementa la carga en los órganos. Sin embargo;hasta hace poco;había muy poca investigación sobre los efectos específicos de la ingesta de proteínas en lactantes sanos. En el pasado;la relación entre la ingesta de proteínas y la función cardiaca solo se había documentado en situaciones en las que una o la otra estaban notablemente alteradas;como en la desnutrición o en casos de insuficiencia cardiaca. El Grupo Europeo del Proyecto de Obesidad en la Infancia;que está conformado por investigadores basados en hospitales universitarios e institutos de salud en España;Alemania;Polonia e Italia;publicaron recientemente una investigación en este tema;la cual siguió un análisis secundario de un estudio clínico llevado a cabo en España entre 2004 y 2006. La meta de esta investigación fue evaluar el efecto que tienen las diferentes formas de ingesta de proteínas durante el primer año de vida en la masa y función cardiacas;una vez que el niño alcanzó la edad de dos años. La ingesta de proteína en la infancia es uno de los factores nutricionales clave que afectan el riesgo de obesidad y otras consecuencias de salud más adelante en la vida.

El estudio trató de determinar si la proteína provista por la fórmula láctea durante los periodos de crecimiento acelerados;es decir;en etapas tempranas de la vida;puede inducir cambios en la estructura cardiaca;evidentes mediante una ecocardiografía. La muestra de lactantes se dividió en tres grupos: un tercio fue alimentado con fórmula infantil alta en proteínas; otro tercio fue alimentado con fórmula láctea baja en proteínas y una tercera parte fue alimentada al seno materno. Se les tomaron muestras de sangre;se hicieron evaluaciones ecocardiográficas;se tomó la presión arterial así como registro general de peso;estatura y circunferencia craneal a los seis meses de edad y nuevamente a los dos años de edad. Mientras que no hubo variaciones significativas entre peso y estatura entre los tres grupos;el grupo que recibió una fórmula alta en proteínas tuvo puntuaciones mayores en el índice de masa corporal a los dos años de edad comparado con el grupo que tomó fórmula baja en proteínas. Los resultados también mostraron que los parámetros de función cardiaca sí se vieron modulados por la ingesta de proteínas;mientras que la masa cardiaca no fue diferente en ninguno de los grupos. En conclusión;el estudio mostró que una mayor ingesta de proteínas en la infancia se asocia con una mayor función sistólica a los dos años de edad. Un incremento en toda la superficie corporal implica un incremento en el gasto cardiaco para lograr llevar a cabo los requerimientos de procesamiento de oxígeno. Mayor peso implica más gasto energético y el gasto energético se relaciona íntimamente con el gasto cardiaco. En resumen;el estudio demostró que un incremento moderado en la ingesta de proteínas durante el primer año de vida;se asocia no solo con mayores puntuaciones de índice de masa corporal sino con parámetros mayores de la función cardiaca a los dos años de edad. Sin embargo;no se descubrieron cambios en la masa cardiace en esta etapa tan temprana del desarrollo de los niños. Se requiere mayor investigación para dilucidar las aplicaciones clínicas que puede tener este efecto de programación nutricional durante la infancia.